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La Villa de Comillas

Comillas es, sin duda alguna, una de las localidades más hermosas y conocidas de Cantabria, un conjunto arquitectónico magnífico enmarcado por un entorno natural y paisajístico de excepción.

El municipio comillano también incluye otras localidades menos conocidas y un territorio que, aunque no demasiado extenso, reúne variados atractivos.

La villa se baña con las aguas del océano desde su accidentada costa. La belleza del paisaje se impone a los sentidos, tal como ocurre en torno a la Ría de la Rabia, enmarcada por las cumbres nevadas de los Picos de Europa.

Emigrantes regresados de América, junto con el modernismo catalán, transformaron Comillas en el siglo XIX. Su arquitectura pintoresca, es buena muestra del neogótico, neoárabe, neomudejar… Un conjunto sobresaliente que destaca por su singular belleza en la Comunidad de Cantabria.

La Villa de Comillas

Durante la edad Media, Comillas fue una pequeña población que vivía de su pequeño puerto pesquero y de su actividad agrícola y ganadera. Enclavada en el occidente de Cantabria pronto cayó bajo el poder de los Marqueses de Santillana, con los que la población local mantuvo numerosas tensiones. Su iglesia gótica, forma hoy parte del bello cementerio de la villa declarado Bien de Interés Cultural.

A finales del siglo XIX, la historia de la población da un giro importante, gracias a un ilustre personaje Don Antonio López López que tras emigrar a América y fundar importantes empresas navales y tabacaleras en la ciudad de Barcelona, comienza a realizar importantes inversiones en Comillas. Debido a sus aportaciones para la guerra de Cuba, el rey le otorga el título de Marqués de Comillas.
La Villa de Comillas
A partir del siglo XIX, la prosperidad de Comillas va creciendo. Alfonso XII, invitado por el Marqués acostumbra ya a veranear en cuatro casas familiares acondicionadas para la corte. Este hecho provoca que gran cantidad de nobles y adinerados se asienten en la comarca.

El Marqués comienza una gran actividad constructora en la finca de Sobrellano, comenzando las obras de panteones y palacio que son concluidas tras su muerte. Su hijo D. Claudio mantiene las buenas relaciones reales y gasta gran parte de su fortuna en colaboraciones y obras benéficas.

El II marqués crea la Universidad Pontificia, aunque el edificio fue levantado por los Jesuitas; Don Claudio se lo ofrece al Papa, otorgándole el titulo de Pontificia. A finales del XIX, Comillas es uno de los lugares, junto con Santander, de mayor prestigio estival del Cantábrico.

La Villa de Comillas

Sin duda, los más ilustres veraneos de Comillas fueron los llevados a cabo, en el siglo XIX por el rey Alfonso XII. Con el tiempo la más variopinta nobleza fue eligiendo la villa como lugar de reposo, atraída por sus maravillosas playas donde se practicaban los famosos baños de ola.

Actualmente, las playas de Comillas continúan atrayendo al turismo, sus limpias aguas que rompen, sus recoletas calas y la belleza de estos paisajes litorales sitúan a Comillas en una de las poblaciones costeras más atractivas del cantábrico.

En verano, la animación de las playas se traslada al casco urbano, respirándose un agradable ambiente en las tardes y noches de la población.